L’any 1963 mossèn Joan Mata, que era rector de la parròquia de Santa Rosa, va fer un informe, ajudat per un grup de seminaristes entre els que hi havia Joan Moran, sobre la situació dels barris Fondo, Santa Rosa i Raval. Els texts, i especialment les fotos, són un valuós testimoni visual de com eren els carrers, els habitatges i els serveis comunitaris en la dècada del gran allau immigratori procedent del sud d’Espanya.
UN COMPLETO ABANDONO
Terrible, desolador y de un completo abandono es el aspecto de la mayor parte de las calles –escrivia mossèn Joan Mata–. Toda consideración es poca ante este espectáculo y sus terribles consecuencias. Las aguas residuales incluso las letrinas salen por medio de la calle; lo terrible son las consecuencias de este estado, los niños jugando en ellas. La pestilencia del verano… Casi ninguna calle tiene aceras ni rigolas, cuando llueve el espctáculo llega al paroxismo. Nada digamos del crudo invierno: nive, lluvia, aislaminto. Conscuncia triste en l orden higiénico. Consecuencia más grave en el caso de un enfermo, de una partera: los coches suben, van a vienen con graves peligros, y no es extraño que se nieguen, con demasiada frecuencia, a acompañar incluso a los enfermos. En tiempos de lluvias eso es frecuente. En las fotografías se pueden observar tres cosas: la mala urbanización, el desnivel de las calles. Las cloacas y lo que esta situación provoca: charcos, interrupción de la calle… Y la mala situación de las cloacas y las barracas dentro de los patios, quedando ocultas para quien mira desde fuera.
BARRAQUISTAS Y REALQUILADOS
Entre los muchos problemas, el de la vivienda lo es por antonomasia –escriu mosèn Joan Mata–. Y en dos aspectos: la barraca y los realquilados. Lo característico de aquí es que las barracas generalmente están ocultas. Dan a los patios interiores. Calculamos que tenemos unas 1.500 barracas y unos 8.000 realquilados.
Ver las barracas, entrar en el interior de las casas y ver cómo vive esta gente, acongoja el corazón, oprime el espíritu. Uno llega a la conclusión de que la virtud no es posible en estos ambientes. He ahí unos ejemplos:
”En una barraca de tres metros cuadrados duermen una nina de 12 años con sus hermani- tos, de 9 y 7 años, en el suelo y sin colchón, con una muchacha de 15 años y un muchacho de 19 años, ahora casados.
”Calle San Andrés, en un interior: en una habitación de unos cuatro metros cuadrados, viven un matrimonio en una cama con un hijo a cada lado. En el suelo, a los pies de la cama, una chica de 11 años, con dos hermanos de 9 y 8, y uno de 6 años.
”Calle San Pascual, en el patio de una casa hay quince apartamentos. Viven unas 70 personas con un solo water. Habra unos treinta chavales.
”Calle Banús, en una casa de realquilados viven 20 familias, cada una en una habitación, amueblada. Se les prohibe llevar muebles. Pagan por semana 250 pesetas. Tienen que cocinar y vivir en la misma habitación, con sus propios hijos y, algunos, con sus padres.con
INFRAHUMANO
”La humedad es uno de los terribles factores de estas construcciones, que afecta especial- mente a los pequeños. La mortandad en un 15% les afecta a ellos. Los malos cuidados y las querellas son frecuentísimas. Tener cada día que plegar y desplegar las camas. No poder ventilar debidamente la habitación. La convivencia familiar es imposible. Los chicos estan constantemente en la calle. Los muchachos ya grandes el único refugio que tienen es el bar. Es sin duda lo mas triste y terrible que hemos hallado, el problema de la vivienda es monstruoso. Y las vías de solución se ven tan lejanas…
”En dos meses en esta población han venido 3.000 personas, registradas en estadística oficial. Puede contarse por lo menos con un 60% más.
”Entraría aquí y como consecuencia el bajo nivel de vida moral –escriu mossèn Mata–. Abandono de mujeres con cinco hijos por infidelidad del marido. Amores culpables debido a las “ocasiones próximas de pecado” en que viven constantemente estas buenas gentes. La gente mayor, la gente joven y los pequenos sienten y sufren las tristes consecuencias de esta condición de vida que les aproxima a lo infrahumano.
A LA RECERCA DE L’AIGUA
“La del agua es otra situación desesperante –escriu mossèn Mata al seu Informe–. Para 20.000 personas sólo existen 6 fuentes en toda la demarcación parroquial. Grave problema si se tiene en cuenta que por lo menos el 40% de familias no tiene agua propia en casa. En nuestro informe gráfíco se ven todas las fuentes llenas de gente, no ha sido hecho adre- de, sinó que es la realidad.
MERCADILLO; NO ARRIBA A MERCAT
Mercados, en el barrio Fondo-Santa Rosa, en realidad sólo hay uno -escriu mossèn Mata l’any 1963–. Y creo que ni el nombre merece. Se construyó en medio de la calle, de las mas amplias de la barriada, en el denominado sector “Fondo”. Hay unas 80 paradas. Se vende lo mas bajo en calidad y al mismo precio que en los grandes mercados. Hay poco, poquísimo control sanitario. Una visita a este mercado da nauseas y no se comprende cómo puede subsistir. Y dura unos diez años. Se pagaron traspasos crecidos, hay intereses creados. Hablar del mercadillo es sinónimo de pobreza, donde va la gente baja. En realidad se va porque no hay otro. Téngase en cuenta que en toda Santa Coloma no existe más que un solo mercado para 50.000 personas. Hay proyecto de uno nuevo. Proyecto..?
TRANSPORT PÚBLIC INSUFICIENT
“Es difícil precisar el número ingente de personas que cada día salen de la población para trasladarse al trabajo. Solamente el espectador y el trabajador mañanero y vespertino sabrán lo que son y representan las colas de los autobuses y trolebuses” –escrivia mossèn Joan Mata al seu Informe.
“Tres servicios unen el pueblo con la capital. Un autobús que, pasando por San Adrián, llega a la calle de Trafalgar en Barcelona. Sale cada 15 minutos, oficialmente. En las horas claves –de 7 a 8,30 de la mañana y por la tarde de 19 a 21–, los coches parecen cajas de sardinas. Inmensas colas, esperas, empujones, gritos, protestas, etc., etc. En las otras horas el servicio es por lo general tan irregular, que el que esto subscribe, durante dos años de experiencia, ha tenido que esperarse mas de media hora y, a veces, una hora para trasladarse a Barcelona, que dista solamente unos 18 o 20 minutos.
“Los otros dos servicios de trolebuses, uno que va a San Andrés, final del metro, y otro que llega a la plaza Urquinaona, en las horas clave es imposible subir, a no ser con una prolongada espera. El trabajador de Santa Coloma emplea por término medio de dos a cuatro horas diarias para ir y venir del trabajo, en el cual ha invertido unas 10 horas por término medio. Piénsese lo que representa en el duro pelear diario este viajar. Esto es cada día y la cosa hace años que dura: [piénsese en] las maldiciones, las querellas y aun las palabras soeces que se dicen cuando se pierde la paciencia y el control, debido a una terrible irregularidad y falta de servicio en una cosa tan necesaria para el bien común. Este mal afecta por lo menos a unos 15.000 o 20.000 trabajadores ya que Santa Coloma de Gramenet no es una poblacióm industrial. Concretamente en nuestra parroquia (recuérdese, 20.000 feligreses), sólo hay una empresa con 11 obreros.”
No se puede negar que había pobreza y desde luego todo ha cambiado mucho, pero, para mí ver estas fotos lo que me provoca es una quemazón en el pecho por la nostalgia. Crecimos jugando entre solares, con basuras y ratas, y aún así nunca fuimos más felices. Dichosos años.