Odei Antxustegi-Etxearte
Fòrum Grama, maig 2002

[dropcaps type=’normal’ font_size=’62’ color=’#303030′ background_color=” border_color=”]V[/dropcaps]icente Javier Latre Bordonaba quería ser cineasta. Hizo reportajes, documentales, cortometrajes… y hasta recibió un premio internacional de cine. Pero esa etapa de su vida ya pasó. Puso una tienda de dietética en la calle San Joaquín y, luego, en el Fondo. Él siempre se había interesado por el mundo de la búsqueda interior y, por circunstancias inesperadas de la vida, se encontró con la filosofía budista. Conoció el monasterio Sakya Tashi Ling, en el Garraf, y al Lama. A sus 45 años, con la ayuda de su mujer, ha transformado su tienda de dietética de la calle Jacint Verdaguer en la Asociación Cultural Dolkar y en el centro-ciudad del monasterio del Garraf. Todo bajo la dirección de Sakya Tashi Ling.

La asociación organiza actividades como yoga, tai-chi, meditación, relajación, conferencias… y tiene una Escuela Profesional para enseñar terapias como el quiromasaje o la reflexoterapia, y el Consultorio de Recuperación Natural, donde profesionales hacen terapias específicas. Todos los días hay actividades. Y los socios, pagando 20 euros al mes, pueden acceder a todas las que quieran. “Es como un gimnasio” —explica Vicente- “pero en vez de estar dedicado a lo fÍsico, está dedicado a lo interior”. A parte, está la entidad religiosa. “Lo que a nosotros nos interesa es que la gente se busque un espacio para su interior. Queremos que vean que somos humanos, que tenemos valores muy importantes. Vale la pena descubrirlo, porque te cambia la vida”, cuenta Vicente.

– Ahora el budismo está de moda…

– Sí, por los actores y estas cosas. Supongo que es porque la filosofía budista conlleva paz, tranquilidad, un respeto hacia todo… Rompe con lo establecido y, claro, esto abre puertas.

– ¿No es una religión muy lejana?

– Durante 2.500 años ha estado recluida en el Tíbet, en la India, y en otros países orientales, y se empezó a conocer a raíz de la invasión china. Pero yo pienso que la lejanía está en la mente. Si una piedra te da un entendimiento, ¿qué más da que esté en el Tíbet?

– Antes eras cristiano…

– Sí, y ahora sigo creyendo en Cristo. No puedo decir que sea cristiano porque soy budista. Pero mi primer maestro fue Cristo y siempre lo será.

– ¿Por qué te hiciste budista?

– Porque el budismo me aportaba lo que no me daban las otras religiones: experiencias, libertad… y un respeto hacia todas las culturas y los seres.

– Vosotros practicáis una rama del budismo.

– Sí. En el budismo tibetano hay cuatro escuelas y nosotros estamos en la sakya que es una de las más antiguas. Los monjes de nuestra tradición son ngagpca y se pueden casar y estar en familia. Éste es el budismo que había antiguamente. Antes no existía el celibato, se fue creando después.

– ¿Tú eres ngagpa?

– No… Los ngagpa, para ser monjes deben estar tres años con aquel que quieren que sea su maestro y ver si realmente te cumple lo que enseña.

Ceremonia inaugural del centro con el Lama Ludwing Khen Rinpoche. Foto: OA-E

– ¿Cómo se elige un maestro?

– No se elige. Está, viene… No sé. Lo sientes, te das cuenta. Si a los tres años ves que sigue lo que predica, pides pides una toma de refugio, que es que tú aceptes al maestro como tu maestro y él, si lo cree conveniente, te acepta como discípulo. A raíz de ahí ya eres budista declarado. Y si quieres coger los votos ya es un compromiso tuyo, a parte, que implica dedicar tu vida completamente a ayudar a los demás.

– ¿Cómo?

– La meditación te ayuda a comprender la realidad de las cosas y te permite llegar al estado que buscas. Y si tú estás en un estado de paz interior, de meditación, de adiestrar a tu mente a no equivocarse, a no cometer las faltas que pueden hacer daño a los demás, les ayudas también.

– ¿Meditar es no pensar en nada?

– No, todo lo contrario: es pensar sobre la realidad de las cosas. Hay muchos grados de meditación, y al final se llega a la vacuidad, que es el no pensar en nada. Pero eso sólo lo consiguen los grandes maestros.

– ¿La meditación te ayuda a ser mejor persona?

– Mejor persona, mejor mente, mejor individuo… ¡Mejor todo! Con todo lo astres que somos, ¡hay muchas cosas mejorar! Lo que pasa es que nuestra mente no está acostumbrada a hacerlo. ‘Vivimos en una sociedad muy competitiva y egoísta, y se trata de ver que, en el fondo, no somos así. Hay que descubrir ese fondo y llevarlo a la vida cotidiana. encontrar la verdad interior. Y dentro de las posibilidades que tenemos en este mundo, exteriorizarla lo máximo que se pueda.

– ¿El tai-chi, yoga… puede conducir hacia el budismo?

– No. El yoga no tiene nada que ver con la religión. Una cosa es la práctica religiosa, que la hace gente que se dedica porque les lleva a lo que ellos necesitan. Y la otra son actividades, que se hacen en todos los sitios, que no tienen una connotación religiosa. Sí espiritual, pero no religiosa. Es como si entras en una tienda y lo tienen todo lleno del Che Guevara; pues nosotros lo tenernos lleno de cosas budistas. Si con estas actividades alguien descubre algo en su interior pues perfecto, y que sea para el camino cristiano o el que sea. ¡Si todos los caminos van hacia el mismo sitio!

– Si alguien quiere hacerse budista, ¿lo asesoráis?

– Los budistas no podemos hacer proselitismo. Respetamos a las personas con una ideología diferente. Pero si alguien te pregunta con honestidad, y no sólo por chafarderío, le respondes más o menos según corno veas su interés.

– En el centro, ¿hacéis las prácticas budistas diarias?

– Sí, por las mañanas y las tardes. A parte, está la práctica individual de cada uno. Los fines de semana no las hacemos aquí sino en el monasterio. Allí se hacen cada día, y siempre hay alguien, aunque sólo sea una persona. Cuantos más somos, más energías se mueven.

– ¿Las oraciones son en tibetano?

– Sí, es un idioma creado a nivel energético.

– ¿Energético?

– Todas las pronunciaciones tienen unas vibraciones especiales y conllevan movimientos energéticos. El budismo trabaja la energía, que es la vida. Los sonidos de la campana y otros instrumentos, la palabra, la voz… hacen que esas energías se muevan y provoquen cambios.

– Ah…

– Lo bonito de este centro es que se ha creado para que la gente mejor pueda descubrir cosas nuevas, que empiece a cambiar la situación, que no haya tanta agresividad y odio. Nos da la sensación que podemos ayudar bastante. Y esperamos poder aguantar. ¡A ver qué pasa! La causa y efecto en que cree el budismo existe; y si tú haces una acción positiva vas a recibir cosas buenas como compensación. Si lo das todo por el Dharma, nunca te faltará de nada. Eso está clarísimo. Y es verdad, ¿eh?

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