Jaume P. Sayrach
Butlletí En el Fondo, octubre 2016
[dropcaps type=’normal’ font_size=’62’ color=’#303030′ background_color=” border_color=”]L[/dropcaps]as nuevas parroquias de Santa Coloma que se fundaron en el año 1965 se vieron obligadas a hacer los locales parroquiales para atender a la gente que acudía a ellas para la administración de los sacramentos, pero desde sus inicios, dejaban los templos a cualquier entidad del barrio, en especial a los grupos obreros.
La del Fondo, cuyo templo se inauguró el año 1967, decidió, además, adaptar la nave de culto para que durante la semana hiciera de biblioteca donde pudieran acudir los niños y niñas, que en sus casas no tenían sitio adecuado para estudiar. Mediante una cortina se reservó un gran espacio de la iglesia donde se pusieron mesas, sillas y lámparas, y las estanterías con los libros de consulta: diccionarios, enciclopedias, la revista Grama completa. Un equipo de mujeres y algún marido iban cada tarde a ayudar a los niños a hacer los deberes.
También para jóvenes y adultos
La Biblioteca enseguida se llenó de niños y niñas. Pero además, también des del primer momento se pensó en las personas adultas y, muy particularmente, en los jóvenes del barrio, a los cuales, a través de las reuniones de la JOC y de los célebres y concurridos Diálogos de Juventud, se les animaba a leer. Muchos de ellos hacían diariamente el recorrido al trabajo en autobús y en metro y disponían de muchas horas para leer. Por eso se adquirían los libros que mejor podían responder a sus inquietudes, razón por la que el servicio de préstamo funcionó muy bien.
Temas de hoy y de siempre
Se conservan de aquellos tiempos dos hojas editadas por la biblioteca que nos permiten detallar con precisión la marcha de la misma. Son de abril y junio de 1975 y dan cuenta de las adquisiciones de estos dos meses. En el apartado de literatura figura la adquisición de Pensamientos, de Blas Pascal, Hojas de hierba, de Walt Whitman, Antología, de Miguel Hernández, Primer cancionero flamenco, de Manuel Balmaseda, El dominio rojo, Mis universidades, Los ex-hombres, de Máximo Gorki y La arboleda perdida, de Rafael Alberti. Sobre Turismo y Excursionismo hay anotados La Vall d’Aran, El Montardo, La Serra de Sant Mateu… Y, mostrando la principal preocupación de la Biblioteca, que eran las cuestiones sociales, figuran Engels, El origen de la familia, Ernest Mandel, Iniciación a la economía marxista, Kropotkin, Campos, fábricas y talleres. Como muestra de la apertura ideológica de la Biblioteca Popular baste citar la adquisición de libros como Diario, de Joseph Goebbels y El origen del hombre, de Charles Darwin. En la recesión que acompañaba la noticia de esta última adquisición, se escribió: “Hoy el fondo de sus aportaciones, tan discutidas, son universalmente adoptadas”. Como exponente del pensamiento de la izquierda más dura se adquirieron cuatro tomos de las Obras escogidas, de Mao Tse-Tung. El apartado dedicado a la religión no fue el más nutrido; por aquel entonces se pensaba crear la Biblioteca de teología en la parroquia de Can Mariner.
En otro escrito, éste de octubre de 1968, se analiza el uso que los jóvenes hacían de la Biblioteca: “En el presente curso –hay anotado– se llevan retirados más de 400 libros, con cinco lectores que llevan leídos más de 15 cada uno, y son bastantes los lectores con 5 -10 libros. De los 150 títulos más leídos, 40 son de asunto social, 19 religioso y 11 de la JOC”.
La Biblioteca: labor humana y cultural
La Biblioteca del Fondo fue un servicio humilde que puede mirarse como un símbolo de la labor humanizadora que la parroquia pretendía llevar a cabo en el barrio, con la convicción que la cultura libera al hombre y que los libros son como semillas que, a su debido tiempo, germinan. Las personas adultas que cuidaban de la Biblioteca así lo creyeron; por esto colaboraron con ilusión, querían que cada atardecer las puertas del local se pudiesen abrir para recibir a los niños y jóvenes del barrio.