José A. Quintillà
Butlletí En el Fondo, octubre 2016

[dropcaps type=’normal’ font_size=’62’ color=’#303030′ background_color=” border_color=”]C[/dropcaps]onocí a Neelan dando clases de inglés en Can Mariné. Hace 13 años que vive en Santa Coloma de Gramenet, en el barrio del Fondo, llegó aquí con sus dos hijas Mrinal y Muskan, dos años después de la llegada de su marido. Hablo con el matrimonio y la hija pequeña.

– Kulwant: “Me acuerdo muy bien de cómo llegué a Santa Coloma, fue un fallo muy grande venir aquí, vine con toda la ilusión, salí de mi país para encontrar una vida más fácil, perseguía un sueño, era lo que me decían los que habían marchado antes que yo. Lo que veíamos en la TV todo bonito, al llegar aquí enseguida me di cuenta de que la realidad era muy diferente a mis sueños.”

– ¿De dónde vinieron?

– Toda la familia somos del norte de la India, de Patiala, en el Punjab; muy cerca de Nueva Delhi.

– ¿Cuándo vino su familia?

– Neelan, mi mujer, Mrinal mi hija mayor (ahora tiene 21 años) y Muskan mi segunda hija (de 14) llegaron dos años después de estar yo aquí.

– ¿Cómo fue su venida?

– Llegué llamado por un pariente con una propuesta de trabajo, esto era imprescindible, por aquel tiempo llegamos muchas personas de mi país. En mi país éramos de clase media, al llegar a Santa Coloma pasamos a ser pobres. En mi país los pobres no pueden salir al extranjero. Aquí entré a trabajar en el almacén de una cadena de supermercado. Para mí ha sido y es muy duro.

– Neelan: “Mi marido en nuestro país tenía un grado superior textil, con personas a sus órdenes.”

– Muskan: “Para mamá también fue duro, aunque tenga aquí el mismo trabajo de profesora de inglés que en nuestro país, aquí le cuesta mucho encontrar un trabajo fijo y bien remunerado.”

Neelam da clase de inglés en diversos centros cívicos, hace de traductora en centros médicos para personas de su país, tiene que moverse para que no le falte nunca el trabajo.

– Neelan: “Vinimos aquí también porque valoramos mucho la educación de nuestras hijas y queremos lo mejor para ellas, tanto mi madre como mi abuela, las dos tenían estudios, cosa en la India no muy corriente en aquellos tiempos.”

– ¿Volverían a la India?

Kulwant no se lo piensa, Neelam sonríe pero no contesta.

– Muskan: “Yo ¡ni hablar! – ¿Les ha costado adaptarse?”

– Neelan: “Sí; el idioma, las costumbres, son muy diferentes”.

Muskan. Foto: Joana Imbernón

– ¿Y a ti, Muskan?

– Muskan: “A mí no; llegué aquí con año y medio, me encuentro perfectamente adaptada, tengo mis padres y buenos amigos… Pero encuentro a faltar mucho a mi hermana Mrinal, quiere ser actriz y ha vuelto a la India para buscar trabajo, allí ya hace anuncios y series para TV, y está contenta.”

– ¿Te sientes india?

– Sí, soy india. Y me siento también de aquí, me gustan las costumbres y sobre todo la libertad

– ¿No es lo mismo allí?

– No, voy cada año a ver a mis abuelos y al resto de mi familia, estoy muy bien con ellos pero al volver comparo mi vida con la de mis primas y el resto de la juventud y me encuentro mejor en Santa Coloma.

– ¿Cambiarías de barrio?

– No, y me sabe mal que a veces compañeras del colegio que viven en otros barrios y saben que vivo en el Fondo, me han llegado a decir: Yo por la tarde no quiero ir por tu barrio, me da miedo. La verdad, a mí me gusta y no he tenido nunca ningún problema..

– ¿Y en clase hay problemas de racismo?

– Para nada, me siento totalmente aceptada.

– Kulwant: “A la cara no, pero por detrás si.”

– ¿Con quiénes os relacionáis más, Neelam?

– Sobre todo con personas de nuestro país, nos reunimos con ellos en la comunidad religiosa, somos Sij.

– Tu marido no lleva turbante ni barba…

– No, todavía no está bautizado. Nuestra religión cree en un solo Dios, y seguimos las normas de nuestro Libro Sagrado.

– Neelam, ¿cómo conociste a tu marido?

– Como es costumbre en nuestro país fue un matrimonio acordado por nuestras familias, nos conocimos poco antes de nuestra boda, Hay parejas que se conocen el mismo día de la boda. Esto está cambiando, sobre todo en las grandes ciudades, en el campo no ha cambiado tanto.

– ¿Y el amor?

– El amor llega después.

– Aquí hay muchos pakistanís ¿Cómo os lleváis con ellos?

– En la casa donde vivimos hay varios pisos con familias pakistanís, y nos llevamos bien.

– Hablando de temas no tan trascendentales, ¿son muy diferentes vuestras comidas de las nuestras?

– Neelam: yo soy vegetariana, mi marido y mi hija no, cuando llegamos aquí nos costaba encontrar según qué productos, ahora encontramos de todo. Al no estar bautizados no estamos obligados a seguir según qué normas.

Mientras hablamos hemos estado tomando un té con pa de pessic, son personas muy amables. Al acabar resaltan que “en lo fundamental todas las personas somos iguales”. Con estas palabras me quedo.

FER UN COMENTARI

Please enter your comment!
Please enter your name here